miércoles, 4 de marzo de 2009

Palabra diaria 4 marzo 2009

Al respirar en este momento de tranquilidad, siento la paz de Dios.

Paz interna

En una pared de la Capilla de la Paz en Unity están escritas las palabras con las cuales Jesús calmó una tormenta en el mar: “Calla, enmudece”. Estas dos palabras son un recordatorio para que yo reclame la paz que se encuentra en mí.

En oración, respiro en un momento valioso de quietud y siento la paz de Dios en cada fibra de mi ser. La presencia amorosa de Dios me asegura que todo está en calma. En cuerpo y alma, sea cual sea el tiempo o la circunstancia de mi experiencia, Dios está presente.

En momentos de quietud y actividad, digo las palabras “¡Calla, enmudece!”. Al unirme a la verdad de esta declaración, siento paz.

“Él, levantándose, reprendió al viento y dijo al mar:—¡Calla, enmudece! Entonces cesó el viento y sobrevino una gran calma … Entonces sintieron un gran temor, y se decían el uno al otro: —¿Quién es este, que aun el viento y el mar lo obedecen? ”—Marcos 4:39, 41

No hay comentarios:

Publicar un comentario